El exministro del Interior, Rafael Filizzola, quien ocupó dicho cargo entre el 2008 y el 2011, durante el gobierno de Fernando Lugo, sigue campante en sus maniobras para evitar sentarse en el banquillo de los acusados.Hace tres años, Filizzola debe enfrentar un juicio oral y público por supuesto perjuicio al Estado en una operación de adquisición de helicópteros para la Policía Nacional.Las aeronaves fueron adquiridas bajo su gestión al frente del Ministerio del Interior y el perjuicio patrimonial al erario público es de G 48 mil millones.El proceso no avanza porque sus defensores legales plantearon una acción de inconstitucionalidad relacionada con el caso y quienes deberían expedirse sobre la misma – los ministros de la Corte Suprema – fueron recusados.Además, pende sobre Filizzola una audiencia preliminar para imposición de medidas por supuesta lesión de confianza al Estado por un valor de G 1.131 millones. El dinero estaba destinado a la refacción de 24 comisarías.No se habla mucho del tema, pero se da por sentado que ningún ministro de la Corte se decide a desempolvar el proceso contra Filizzola y se sospecha que es por una amenaza tácita de juicio político en el Senado, organismo este donde Filizzola tiene a su mujer – Desirée Masi, como senadora – y en buenas migas con los legisladores liberales efrainistas.En otras palabras, habría votos suficientes para destituir por la vía del juicio político a los ministros de la Corte que “tengan la osadía” de despejar el camino para la “ciega” Justicia alcance a Filizzola.