En el marco de la visita ad limina que los obispos de nuestro país realizan al Papa Francisco, la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) informó que el monseñor Edmundo Valenzuela, arzobispo metropolitano y presidente de la CEP presidió la misa al pie de la tumba del Apóstol Pedro, una cripta que se encuentra debajo de la Iglesia de San Pedro.
Posteriormente, retornaron a Santa Marta y luego de un desayuno, con la sotana filetata puesta como indumentaria oficial, se dispusieron a visitar el Palacio del Vaticano, donde el Papa Francisco ya esperaba a todos los Obispos.
La audoencia duró dos horas y cuarenta minutos.
El Santo Padre no mostró en ningún momento rostro de cansancio. ¨Es más, yo me sentía cansado y él al ser advertido de que ya había pasado el tiempo, nos preguntó si deseábamos continuar, por supuesto que dijimos que sí¨, rememora monseñor Claudio Giménez.
Los obispos entregaron varios obsequios al Papa: un poncho tradicional de Piribebuy, un mantel de ñanduti, dos litros de miel de los indígenas de Cambay, Caaguazu y un matero de plata, contó monseñor Valenzuela.
El Santo Padre recordó a los jóvenes del Paraguay, el trienio y se sintió muy contento, aseguró la CEP.
El Papa pidió a los jóvenes se siga trabajando en lo que es el trienio y que se trabaje en las comunidades y que eso produzca muchos frutos.
Luego, dijo al obispo responsable de los jóvenes, monseñor Ricardo Valenzuela Ríos, que recemos mucho por él.
Agregó ¨que cuidemos de un tesoro que tenemos que es la Virgen de Caacupé y que hagamos todo lo posible por incentivar esa devoción y ese amor a la madre¨.